viernes, 20 de marzo de 2009

¿Gradualismo o Deva?

En La Ciencia Maldita, Lucas Llach? hace lobby por la deva ...
La mejor forma de proteger el empleo ante una Depresión es hacerlo más actractivo para quien lo compra, y no hay modo más simple de lograrlo que con una depreciación de la moneda que eleve el valor de lo que el empleador obtiene a cambio de pagar un salario. Desde luego, ello implicaría alguna caída en el poder de compra de los sueldos -sí, algunos precios suben con la devaluación- pero esto no es un efecto colateral de la variación cambiaria sino su único objetivo: hacer que los trabajadores resulten un poco más baratos cuando están sobrando más que faltando. Esos tres o cuatro puntitos adicionales de inflación que sufrirían todos los asalariados sería su contribución para que el peso de la Depresión no cayera por completo sobre el conjunto más vulnerable de ellos, expuesto al desempleo. El camino tortuoso de subir un centavo cada tres días no sólo no despierta la avidez de los empleadores que puede lograrse con una devaluación más sustanciosa, sino que además declara a cuatro vientos que nuestra moneda perderá valor rápidamente, de modo que a quien considere prestar en pesos le quede bien claro que debe exigir un interés exorbitante, y por lo tanto recesivo.
Por su parte, Guillermo Calvo en El Economista apoya el gradualismo del BCRA:
Si uno comparte aquello que una vez le escuché decir a Redrado, que la Argentina es un país con peligro inflacionario, lo que le conviene hacer es esperar a que el desempleo sea mayor en los próximos meses y seguir devaluando en un contexto en el que los sindicatos tendrán menos poder de negociación.
El dilema no existiría si la crisis internacional nos hubiese encontrado bien parados, esto es, sin un proceso inflacionario previo y con un PIB en su nivel potencial. En ese caso, podríamos haber hecho como nuestros vecinos que ya corrigieron el atraso cambiario que les generó el cambio en el contexto internacional.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo. Primero que nada en que no estamos "bien parados", según su definición. Para usted, para estar "bien parados" se necesitan dos requisitos:

-Sin un proceso inflacionario
-Con el producto en su nivel potencial.

Es cierto que pasamos por un proceso inflacionario, pero dudo que después de 6 años de fuerte crecimiento podamos decir que el producto no se ubique en su nivel potencial.

En segundo lugar, estoy en desacuerdo con su afirmación de que de haber estado bien parados el dilema no existiría. Creo que el nivel del tipo de cambio nominal siempre será en Argentina tema de debate, estemos "bien parados" o no. Incluso estando bien parados requeriríamos una depreciación significativa del tipo de cambio real, y el debate sobre si lograrlo con un movimiento gradual o brusco del tipo de cambio nominal seguiría existiendo.
Saludos.

Alejandro Gay dijo...

En relación al primer punto, como hemos dicho en el pasado , la brecha del PIB ya había desaparecido en el 2005, el problema hoy es que estaríamos muy por encima del potencial, lo que explicaría la inflación de los últimos años.
En cuanto al segundo punto, suponiendo que se requiera una depreciación significativa, es más fácil lograr una corrección del tipo de cambio real en un entorno no inflacionario que en medio de un proceso inflacionario que exacerba las expectativas devaluatorias.