sábado, 28 de marzo de 2009

Culpen a los economistas, no a la economía

La Revista Noticias en su edición impresa del 28 de marzo del 2009 levantó la nota de Dani Rodrik en Project Syndicate dónde se analiza la culpabilidad de la profesión en la crisis de la economía mundial actual. Si bien hay que felicitar a Noticias por la decisión de publicar ese artículo, hay que lamentar algunas simplificaciones incorrectas. Por ejemplo: el título ("Economistas, culpables"), omisión de frases importantes (Respecto del estímulo fiscal keynesiano, las opiniones de los economistas varían entre "absolutamente esencial" e "ineficaz y perjudicial"), y omisión de párrafos enteros ([Los no economistas tienden a pensar en la economía como una disciplina que idolatra a los mercados y a un concepto estrecho de eficiencia (en la asignación)]. Si el único curso de economía que usted toma es el típico ensayo introductorio, o si usted es un periodista que le pide a un economista una opinión rápida sobre una cuestión de política, eso es, de hecho, lo que encontrará. Pero tome algunos cursos más de economía o pase algún tiempo en seminarios avanzados y obtendrá un paisaje diferente.), mas otras omisiones que el lector podrá encontrar.
En definitiva, aunque hayan leído la versión impresa por Noticias sugiero releer el original a través del link en Project Syndicate.

viernes, 20 de marzo de 2009

¿Gradualismo o Deva?

En La Ciencia Maldita, Lucas Llach? hace lobby por la deva ...
La mejor forma de proteger el empleo ante una Depresión es hacerlo más actractivo para quien lo compra, y no hay modo más simple de lograrlo que con una depreciación de la moneda que eleve el valor de lo que el empleador obtiene a cambio de pagar un salario. Desde luego, ello implicaría alguna caída en el poder de compra de los sueldos -sí, algunos precios suben con la devaluación- pero esto no es un efecto colateral de la variación cambiaria sino su único objetivo: hacer que los trabajadores resulten un poco más baratos cuando están sobrando más que faltando. Esos tres o cuatro puntitos adicionales de inflación que sufrirían todos los asalariados sería su contribución para que el peso de la Depresión no cayera por completo sobre el conjunto más vulnerable de ellos, expuesto al desempleo. El camino tortuoso de subir un centavo cada tres días no sólo no despierta la avidez de los empleadores que puede lograrse con una devaluación más sustanciosa, sino que además declara a cuatro vientos que nuestra moneda perderá valor rápidamente, de modo que a quien considere prestar en pesos le quede bien claro que debe exigir un interés exorbitante, y por lo tanto recesivo.
Por su parte, Guillermo Calvo en El Economista apoya el gradualismo del BCRA:
Si uno comparte aquello que una vez le escuché decir a Redrado, que la Argentina es un país con peligro inflacionario, lo que le conviene hacer es esperar a que el desempleo sea mayor en los próximos meses y seguir devaluando en un contexto en el que los sindicatos tendrán menos poder de negociación.
El dilema no existiría si la crisis internacional nos hubiese encontrado bien parados, esto es, sin un proceso inflacionario previo y con un PIB en su nivel potencial. En ese caso, podríamos haber hecho como nuestros vecinos que ya corrigieron el atraso cambiario que les generó el cambio en el contexto internacional.

jueves, 19 de marzo de 2009

El Plan One Shot

No es un plan económico, es solo una medida aislada. Sin embargo, conviene estar enterado de cuál es la medida de política económica que se debate en el entorno K, según informa El Cronista.

lunes, 16 de marzo de 2009

Timing de la Deva

La hipótesis de Jorge Streb en la nota del Cronista es que el gobierno no tiene resto para postergar un ajuste cambiario mayor hasta después de las elecciones, entonces, como no quiere hacerse cargo de los costos políticos de la medida en la campaña, adelanta las elecciones.

sábado, 14 de marzo de 2009

La ingeniería electoral suele comerse al ingeniero

La frase que encabeza esta nota, es conocida entre analistas de política electoral, como lo recuerda Rosendo Fraga en La Nación, al analizar la decisión de la administración Kirchner de adelantar la elección nacional. La sorpresiva (aunque meditada) decisión de la pareja presidencial puede explicarse -considerando las restricciones que impone la economía- como una maniobra para anticiparse al inexorable deterioro que se espera en las principales variables (nivel de producción, empleo, distribución del ingreso, resultado fiscal, cuenta corriente y nivel de reservas). Sin embargo, esta hábil maniobra política, propia de la viveza criolla con la que nuestros gobernantes administran el país, tendrá contraproducentes efectos económicos y sociales, que en el mejor de los casos, el gobierno no alcanza a percibir, y en el peor de los casos, prefiere ignorar.

¿Por qué esta posible modificación en el calendario electoral contribuirá a profundizar la crisis económica?

Primero, hay que tener en mente, lo dicho en un anterior post, de que los dos principales problemas macro que enfrenta la economía Argentina en la actualidad son: la fuga de capitales y el colapso de las exportaciones.
Luego, hay que considerar lo señalado por Rosendo Fraga:
Desde el punto de vista institucional, el país paga un nuevo costo en materia de credibilidad. Modificar los plazos electorales establecidos por la ley -la elección nacional debe ser el último domingo de octubre de acuerdo al Código Electoral- de acuerdo a conveniencias electorales, ratifica que la Argentina es un país caracterizado por la falta de cumplimiento de las reglas de juego y esta iniciativa agrava esa imagen.
Finalmente, ante el incumplimiento de las reglas de juego, la falta de credibilidad en las políticas públicas y el no respeto de los derechos de propiedad, los argentinos hemos desarrollado un mecanismo de defensa: la compra de dólares, esto es, la fuga de capitales. Lo preocupante es que el adelantamiento de las elecciones potenciará la fuga de capitales al agravar los problemas de credibilidad, pero además impedirá debatir y consensuar medidas para atemperar el colapso de las exportaciones, es síntesis, profundizará los dos problemas que había que resolver!

No queda claro a esta altura que las ventajas políticas de corto plazo que el gobierno podría obtener a través de la medida sean superiores al castigo que debería cosechar al deteriorar aceleradamente el entorno económico de los negocios.
Se observa cierto paralelismo en el comportamiento autodestructivo de nuestros gobernantes hacia fines de la Convertibilidad y en la actualidad, en ambos casos se fueron encerrando en callejones sin salida porque estaba en su “naturaleza” la incapacidad de reconocer los problemas existentes. El padre de la Convertibilidad nunca podía reconocer que los problemas que enfrentaba la Argentina en el 2001 provenían del atraso cambiario que había generado el uno a uno. En la actualidad, la falta de formación económica de nuestros gobernantes, el escaso asesoramiento profesional al respecto y los prejuicios ideológicos, les impiden comprender lo señalado en el título del informe de Mario Brodersohn en Econométrica: Sin Credibilidad no habrá Reactivación.

lunes, 2 de marzo de 2009

Rumores extorsivos y el tiro por la culata

Por el momento la anacrónica idea de resucitar la experiencia del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI, 1946-1955) para garantizar el monopolio estatal del comercio exterior de los granos, fue solo un rumor. El objetivo de echar a rodar la versión y dejar que la noticia se expanda como reguero de pólvora constituiría una presión del ala dura del Gobierno –interpretó Clarín- para que los productores agropecuarios vendan la cosecha (6 millones de toneladas de soja que aún conservan). Frente a la escasez de divisas, los US$ 2000 millones que esto aportaría le quitarían presión al mercado cambiario, a la vez que apuntalaría -en algo más de $2000 millones- la recaudación que está en caída libre.
Finalmente, la amenaza lograría ablandar la posición de las entidades rurales en la mesa de negociaciones del martes próximo.

Lo grave –suponiendo que solo se trate de un rumor- es que la idea desnuda lo desorientado que está el gobierno frente a la crisis. En efecto, dado el diagnóstico de la recesión argentina (colapso exportador y fuga de capitales), no hay peor mala praxis que pueda cometerse que la de generar mayor desconfianza sobre el respeto de los derechos de propiedad. Esto se traduce directamente en mayor fuga de capitales y desincentivos a la producción, que son justamente las dos cosas que habría que evitar!