martes, 23 de octubre de 2007

¿Se está "aggiornando" el suplemento de Economía de La Voz?

No se si la pregunta refleja un deseo o la realidad. Lo que si está claro es que la calidad del suplemento de Economía de La Voz del Interior del domingo 21 de octubre es infinitamente superior a lo habitual. ¿Dónde está lo nuevo?
Lo que hace la diferencia son las dos páginas dónde los entrevistados Mario Blejer y a Alfonso Prat-Gay analizan la coyuntura. Además de haber elegido a dos excelentes ex-presidentes del BCRA, lo fundamental es que los responsables del suplemento actuaron aplicando el viejo y conocido principio de la ventaja comparativa. Adam Smith (1776) en la Riqueza de las Naciones decía:

Es una máxima de todo cabeza de familia prudente no intentar nunca hacer en casa lo que le cueste más hacer que comprar. El sastre no intenta hacerse sus propios zapatos, sino que los compra al zapatero. El zapatero no intenta hacer ni una cosa ni la otra, sino que recurre a esos diferentes artesanos. A todos les interesa emplear toda su habilidad para aquello en lo que tienen alguna ventaja frente a sus vecinos y comprar con una parte de su producto o, lo que es lo mismo, con una parte del precio de él, todo lo que tengan ocasión de comprar.

En lo que nos interesa, la ventaja comparativa de un periodista especializado en economía es saber formular preguntas interesantes a las personas adecuadas. Elegir el especialista adecuado en economía es algo equivalente a elegir entre un buen cardiólogo, clínico o traumatólogo, en el campo de la medicina. Para opinar sobre el futuro de la economía argentina y de la inflación, nada mejor que los dos entrevistados, probados y reconocidos macroeconomistas.
En relación al contenido de las notas me gustaría nuevamente recurrir al principio de la ventaja comparativa pero en este caso, para solucionar una aparente contradicción que se manifiesta en las entrevistas, entre el objetivo de mantener el valor del peso (es decir, controlar la inflación) y la idea de un dólar alto. Podemos lograr ambas cosas utilizando la ingeniosa solución de Mundell (1962) que propuso que cada instrumento de política económica debe asignarse al objetivo para el cuál tiene una ventaja comparativa. En ese sentido, el Banco Central tiene que comprometerse con bajar la inflación implementando una política monetaria prudente como lo señala Prat-Gay, mientras que el Ministerio de Hacienda debe incrementar el superávit fiscal para mantener un dólar alto en términos reales como lo desea Blejer y nuestras autoridades. Lo ineficiente es la llamada política de acumulación de reservas que lleva a cabo el BCRA, se utiliza ese eufemismo para camuflar la intención de la autoridad monetaria de mantener un dólar alto, violando su mandato de preservar el valor del dinero y no respetando el principio de asignación eficiente de instrumentos conforme a la regla de Mundell. La combinación de política económica será óptima, sólo cuando el BCRA se ocupe de la inflación y el Tesoro del crecimiento, garantizando -a través de un elevado superávit fiscal- un tipo de cambio genuinamente alto.