sábado, 14 de marzo de 2009

La ingeniería electoral suele comerse al ingeniero

La frase que encabeza esta nota, es conocida entre analistas de política electoral, como lo recuerda Rosendo Fraga en La Nación, al analizar la decisión de la administración Kirchner de adelantar la elección nacional. La sorpresiva (aunque meditada) decisión de la pareja presidencial puede explicarse -considerando las restricciones que impone la economía- como una maniobra para anticiparse al inexorable deterioro que se espera en las principales variables (nivel de producción, empleo, distribución del ingreso, resultado fiscal, cuenta corriente y nivel de reservas). Sin embargo, esta hábil maniobra política, propia de la viveza criolla con la que nuestros gobernantes administran el país, tendrá contraproducentes efectos económicos y sociales, que en el mejor de los casos, el gobierno no alcanza a percibir, y en el peor de los casos, prefiere ignorar.

¿Por qué esta posible modificación en el calendario electoral contribuirá a profundizar la crisis económica?

Primero, hay que tener en mente, lo dicho en un anterior post, de que los dos principales problemas macro que enfrenta la economía Argentina en la actualidad son: la fuga de capitales y el colapso de las exportaciones.
Luego, hay que considerar lo señalado por Rosendo Fraga:
Desde el punto de vista institucional, el país paga un nuevo costo en materia de credibilidad. Modificar los plazos electorales establecidos por la ley -la elección nacional debe ser el último domingo de octubre de acuerdo al Código Electoral- de acuerdo a conveniencias electorales, ratifica que la Argentina es un país caracterizado por la falta de cumplimiento de las reglas de juego y esta iniciativa agrava esa imagen.
Finalmente, ante el incumplimiento de las reglas de juego, la falta de credibilidad en las políticas públicas y el no respeto de los derechos de propiedad, los argentinos hemos desarrollado un mecanismo de defensa: la compra de dólares, esto es, la fuga de capitales. Lo preocupante es que el adelantamiento de las elecciones potenciará la fuga de capitales al agravar los problemas de credibilidad, pero además impedirá debatir y consensuar medidas para atemperar el colapso de las exportaciones, es síntesis, profundizará los dos problemas que había que resolver!

No queda claro a esta altura que las ventajas políticas de corto plazo que el gobierno podría obtener a través de la medida sean superiores al castigo que debería cosechar al deteriorar aceleradamente el entorno económico de los negocios.
Se observa cierto paralelismo en el comportamiento autodestructivo de nuestros gobernantes hacia fines de la Convertibilidad y en la actualidad, en ambos casos se fueron encerrando en callejones sin salida porque estaba en su “naturaleza” la incapacidad de reconocer los problemas existentes. El padre de la Convertibilidad nunca podía reconocer que los problemas que enfrentaba la Argentina en el 2001 provenían del atraso cambiario que había generado el uno a uno. En la actualidad, la falta de formación económica de nuestros gobernantes, el escaso asesoramiento profesional al respecto y los prejuicios ideológicos, les impiden comprender lo señalado en el título del informe de Mario Brodersohn en Econométrica: Sin Credibilidad no habrá Reactivación.

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