lunes, 24 de enero de 2011

El Producto Potencial

El producto potencial representa una medida del nivel de oferta agregada sostenible en el tiempo. Puede definirse como el máximo nivel de producción sostenible, dónde el uso de los recursos no incrementa (ni reduce) las presiones inflacionarias. El producto potencial no es un nivel máximo de producción que la economía no pueda superar, sin embargo, un PIB por encima del producto potencial representa una situación de desequilibrio que no puede mantenerse en el tiempo y que implica costos en términos de bienestar futuro. Por ello, los países que administran la política macroeconómica pensando en el interés general, evitan este tipo de situación.

Si bien el producto potencial no es una variable directamente observable, la teoría económica nos señala que dos de sus determinantes (el capital y el trabajo) sí lo son. Un tercer determinante, la productividad total de los factores, no es observable, y de ahí las dificultades de estimación.
Dado que el PIB observado oscila en torno del producto potencial, habitualmente se recurre al filtro de Hodrick-Prescott para obtener una estimación simple del potencial. El problema de esta metodología es que la tendencia estimada al final de período no es robusta y presenta grandes variaciones en función del período considerado. Esta incertidumbre de “fin de período muestral” se reduce parcialmente, al utilizar un método fundamentado económicamente y algo más sofisticado como es el de la función de producción, ya que lo que se filtra en este caso es solo la productividad total de los factores (PTF).

La figura presenta el PIB real trimestral a precios de 1993 y el producto potencial estimado utilizando esta metodología con una función de producción dinámica con dos factores, capital (K) y trabajo (L) ajustado por calidad (Q). (más detalles metodológicos pueden consultarse aquí y aquí).

Se observa que el PIB, en lugar de evolucionar a lo largo de la senda del producto potencial, ha oscilado al ritmo de políticas económicas expansivas insostenibles y al ritmo de las crisis que las mismas provocaron.
Luego de haber alcanzado el producto potencial en el 4to trimestre 2005, la economía argentina siguió creciendo a tasas superiores al 4,5%, que es la tasa de crecimiento del producto potencial en la actualidad, lo que terminó generando el proceso inflacionario de los últimos años. El shock de la crisis internacional del 2008 afectó a nuestras exportaciones netas, provocando una caída del PIB de 2.5% en el 2009, y el PIB volvió a alinearse con el producto potencial. A partir de allí, volvimos a crecer con la mejora del contexto internacional y de la mano de políticas expansivas, sin embargo, el gobierno debería registrar que el PIB ya se encuentra en su nivel potencial por lo que las políticas monetarias y fiscales expansivas en curso exacerbarán el proceso inflacionario.

Además, mientras más por encima del producto potencial evolucione una economía, más vulnerable será frente a shocks externos. En efecto, si el nivel del PIB supera el nivel potencial, las restricciones de capacidad comienzan a actuar, restringiendo el crecimiento futuro y generando presiones inflacionarias. Existen entonces, fuerzas correctivas que están actuando ante el desequilibrio, y cuando esta dinámica, se combina con un shock externo, la reversión puede tornarse brusca como en el Tequila (1995), el default ruso (1998) y la crisis de las hipotecas subprime (2008).

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