sábado, 26 de abril de 2008

El detonante de la salida

En la segunda parte de esta columna de opinión se explica cuál fue la gota que rebalsó el vaso y provocó la renuncia (Sin Atajos) de Lousteau. Preocupante ...

jueves, 24 de abril de 2008

¿Periodismo económico o lobby político?

Más allá del poco respeto por la institucionalidad que refleja el título de la nota de La Nación del 24/04/08 "Qué cosas preocupan a los candidatos a reemplazar a Lousteau", dando por hecho que el ministro será reemplazado, cabe preguntarse si en ella se hace periodismo o simplemente lobby en favor de alguno de esos supuestos candidatos?
Los candidatos coincidirían -según la nota- en cuatro medidas: "moderar el gasto público, sincerar las estadísticas, alargar los plazos de la negociación salarial y sacarse de encima al secretario de Comercio Interior". Si bien, está claro que para controlar la inflación esas medidas son necesarias, está faltando lo principal!
En efecto, todo economista bien formado sabe que en el largo plazo la inflación es un problema monetario que surge por el mal manejo de la política monetaria por parte del Banco Central. Ya hemos señalado -en una entrada anterior- que el caso de la Argentina actual no es una excepción, por ello sorprende la afirmación atribuída a "analistas privados" de que Redrado aparecería como el mejor preparado para suceder al ministro. Solo un "analista interesado" o muy desorientado podría pretender de que quien es el responsable del problema puede ser parte de la solución. Lo grave no es que estas opiniones privadas existan, sino el hecho de que el periodismo "serio" contribuya con el lobbista al difundirlas sin ningún análisis crítico.
La falta de memoria y de visión crítica lleva también a señalar de que "Redrado expresó públicamente en más de una oportunidad la necesidad de que la Argentina avance en el mediano plazo a un esquema de metas implícitas de inflación", omitiendo señalar de que fueron precisamente las actuales autoridades del BCRA las que pospusieron y demoraron el proceso de implementación de una política monetaria basada en metas de inflación, argumentando que la tasa de interés no era el instrumento adecuado para manejar la política monetaria.
La consecuencia actual de ese desacierto es que tenemos una tasa de interés real marcadamente negativa que desincentiva el ahorro privado y repercute negativamente sobre la competitividad de la economía al provocar una disminución en el tipo de cambio real de equilibrio.